El ciclo menstrual de la mujer nos aporta una información muy valiosa, ya que partimos de la base de que si una mujer tiene menstruaciones regularmente cada 28/30 días, esta mujer ovula, salvo en algunas excepciones. Pero además de la ovulación existen otros factores a tener en cuenta a la hora de diagnosticar una esterilidad, razón por la cual nos apoyamos en otras pruebas diagnósticas.
Para valorar el funcionamiento de las dos fases del ciclo menstrual se realizan unas determinaciones hormonales.
El ciclo menstrual de la mujer nos aporta una información muy valiosa, ya que partimos de la base de que si una mujer tiene menstruaciones regularmente cada 28/30 días, esta mujer ovula, salvo en algunas excepciones. Pero además de la ovulación existen otros factores a tener en cuenta a la hora de diagnosticar una esterilidad, razón por la cual nos apoyamos en otras pruebas diagnósticas.
Es la prueba más sencilla y la primera en realizarse por la gran información que proporciona y por la inocuidad de la misma. Con ella se valora la normalidad del aparato reproductor femenino. Si existe alguna anomalía visible en la cavidad endometrial por ecografía, se puede complementar con otras pruebas como la histerosonografía o la histeroscopia.
Similar a la ecografía, consiste en la realización de una ecografia acompañada de la introducción de suero fisiológico en la cavidad uterina con lo que conseguinos la distensión de la misma y con ello la visualización de la existencia de pólipos o miomas. Si así fuera la complementaríamos en función de la patología encontrada con una histeroscopia.
La histeroscopia es una técnica que permite al ginecólogo visualizar de forma directa la cavidad uterina a través una pequeña óptica acoplada a una cámara, la cual se introduce a través del canal cervical.
En el campo de la fertilidad resulta de vital importancia conseguir una cavidad uterina en las mejores condiciones para favorecer la implantación embrionaria y permitir que un embarazo se desarrolle con normalidad.
Con la histeroscopia podemos diagnosticar y tratar en el mismo acto, si procede, patologías tales como pólipos endometriales, miomas de pequeño tamaño que invadan la cavidad, septos o tabiques y adherencias. El procedimiento es rápido y se realiza normalmente en quirófano bajo sedación. Al tratarse de cirugía menor o ambulatoria , las pacientes se van de alta en 1 o 2 horas.
Esta técnica consiste en una serie de radiografías del útero y las trompas tras la administración de un contraste a través del cuello del útero. Además de informar de la integridad de las trompas, nos informa de como se encuentra el interior de la cavidad uterina, ya que si muestra que no es uniforme, nos hace sospechar de la presencia de miomas, tabiques, pólipos, etc.
Consiste en la visualización directa del aparato reproductor femenino vía abdominal con un sistema óptico (endoscopio). Es una técnica quirúrgica que al igual que la histeroscopia nos permite, no sólo llegar a un diagnóstico sino a la realización del tratamiento quirúrgico adecuado en cada caso, como por ejemplo realizar la extirpación de quistes ováricos, miomas o la liberación de adherencias que estén interfiriendo con la fertilidad.